El pasado septiembre tenia 5 días de fiesta y tenia ganas de una machacada en solitario ya que no coincidía con nadie.
Después de que el sábado quedara con Ángel y Aida para hacer el Trigoniero cargadito después de las lluvias de la noche anterior y el domingo hacer el Barranco de Lalarri, me fui a dormir a Bujaruelo para empezar el lunes la aventura.
Hacia muchos años que me rondaba hacer la vuelta al Vignemale, pero también intentar tachar el máximo de picos posibles en esa corona tan perfecta y bonita, pero también tan temida por lo roto que esta todo. Finalmente pude hacer 7 una mezcla de cansancio mental y físico me dijo mi cuerpo de dejarlo ahí.
